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Los simbolismos que marcaron la histórica primera sesión de la Convención Constitucional

Tras una intensa jornada, este domingo comenzó de manera formal el trabajo de las y los 155 constituyentes encargados de redactar una nueva Constitución para Chile. Integrantes de nuestro plantel analizan la importancia de este día que quedará registrado en los libros de historia, así como los significados de la elección de la académica mapuche Elisa Loncon como Presidenta del órgano constituyente.

«Con los resultados del 15 y 16 de mayo, se dan las condiciones para darle un cauce constitucional a un proceso que partió muy fuera de lo institucional», señalaba la semana pasada Ernesto Águila.

Fueron muy simbólicos todos los actos previos al inicio de la Convención: «la gente que se juntó en la estatua de Salvador Allende, en el Cerro Huelén, las feministas», comentó Claudia Heiss.

«El simbolismo de la elección de Elisa Loncon significó una opción por una ética transformadora de la relación de la sociedad con su historia y con su territorio», señaló Juan Gabriel Valdés.

“Sí, acepto”. Con esta frase, a las 13:06 horas del domingo 4 de julio, las y los 155 constituyentes electos asumieron oficialmente el cargo que les demandará elaborar, durante los próximos nueve meses, un nuevo texto constitucional para el país. El hecho, sin precedentes en nuestra historia republicana, permitirá que ciudadanos elegidos democráticamente, bajo una organización paritaria y con la inclusión de pueblos originarios, sean los que le den vida a una nueva Carta Fundamental que diseñe los destinos de Chile para las próximas décadas.

La jornada no estuvo exenta de tensiones, propias de su origen asociado a la revuelta social del 2019. Así lo planteaba la semana pasada, en entrevista con UChile Constituyente, el analista político de la Universidad de Chile, Ernesto Águila, quien explicó que todo este proceso emergió desde lo social, y tiene sus bases y su identidad ahí. “El 18 de octubre emerge bajo un momento destituyente: cuestiona las elites, las formas en que se resolvían los problemas, y empieza a encontrar un momento constituyente a través del proceso de elección de las Convención. Con los resultados del 15 y 16 de mayo, se dan las condiciones para darle un cauce constitucional a un proceso que partió muy fuera de lo institucional”, afirmaba.

Este camino mantuvo las mismas lógicas y prácticas con las cuales nació, y que no tienen que ver con un proceso político ordinario y tradicional, explica la jefa de la carrera de Ciencia Política del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Claudia Heiss.

“El acto inaugural de la Convención fue tremendamente simbólico. El hecho que haya partido con toda esta confrontación con la Policía, y con el tema de los presos de la revuelta pone un marco de que esto no es un proceso de política ordinaria, esto es producto de una crisis política y una fractura bien profunda. No hay que negar la existencia de un grupo que, si bien es minoritario, vive este proceso aún con mucha rabia, y ahí está la gente que estuvo tirándole piedras a Carabineros. También, había —junto con la gente más violenta— personas pacíficas que estaban marchando, acompañando a los convencionales. Fueron muy simbólicos todos los actos que se hicieron antes de que empezara la Convención: la gente que se juntó en la estatua de Salvador Allende, en el Cerro Huelén, las feministas. Hubo movilización colectiva, mostrando que esto no era un par de técnicos, funcionarios o delegados, sino que la Convención es el reflejo de distintos grupos de la ciudadanía organizada”, dice.

Por su parte, el director de Asuntos Estratégicos de la Universidad de Chile, Juan Gabriel Valdés, refuerza la idea de que lo vivido este domingo fue fruto de un cambio social y político profundo, del cual seguimos siendo testigos día tras día.

La jornada de ayer mostró que la Convención Constituyente está dispuesta, desde el primer día, a expresar la profunda transformación social y cultural que está viviendo Chile. La paridad entre hombres y mujeres y la presencia de escaños para pueblos originarios había ya llamado la atención del mundo internacional ante las transformaciones de un país que no hace mucho tiempo era observado como el más conservador de la región. La elección de una académica mapuche para presidir la Convención ha puesto nuevamente la transformación de Chile en el ojo de los observadores internacionales. Y la reacción es de admiración, significa que el país es capaz de hacer institucionales los cambios profundos que desea la ciudadanía”, comenta.

La Presidenta

“Con el estallido social fui a las comunidades y me encontré con lonkos que me advirtieron y me dijeron: —“mira cómo se secó el coligüe”— y, claro, por el camino veía que se secaba el coligüe y la quila, que no florece, había florecido, y solo lo hace para entregar malos augurios. Para los mapuches, el eclipse es un momento en que el sol muere”, expresaba Elisa Loncon en entrevista con Palabra Pública en junio de 2020. Agregó a su relato que, tiempo después, otro lonko le dijo: —“me soñé con el sol, me soñé con la luna y me soñé que había que sembrar granos de larga duración” —. Y ese sol está llegando.

La Doctora en Lingüística de la U. de Leiden y profesora de Estado, Elisa Loncon (58 años), se transformó el día de ayer, por 96 votos, en la Presidenta de la Convención Constitucional. Una mujer, representante del pueblo Mapuche, estará en la testera del órgano político y social más relevante de nuestra historia reciente, toda una señal del nuevo Chile que se ha comenzado a tejer desde la revuelta del 2019, y que sigue transitando por el camino de la historia. Su discurso estuvo cargado de esperanza, con un tono dialogante abierto y pluralista, sin exclusiones.

El discurso de Elisa Loncon fue muy convocante, fue lo opuesto de un discurso excluyente. Fue amplio: una invitación a la unión de todos los pueblos, al diálogo y a la conversación, que es lo que tiene que hacer esta Convención Constitucional, ahora que ya empieza a sesionar, con una diversidad enorme, con trayectorias y experiencias de vida que van a estar ahí puestas. Fue muy bonito que ella pusiera sus experiencias de vida, a su madre, porque eso es parte de lo que se está representando en la Convención: una diversidad de miradas sobre quiénes somos y el lugar que ocupamos en la vida y en la sociedad”, comenta Claudia Heiss.

En la misma línea, Juan Gabriel Valdés destaca la nueva ética que significa para Chile, el Estado y su relación con la sociedad la designación de Loncon a cargo del órgano constituyente. “Es extraordinariamente conservador pretender que la Convención sea simplemente un órgano procedimental, un conjunto de escribanos. Por cierto, no es eso lo que decidieron los chilenos en el plebiscito de octubre. Desde el inicio, el simbolismo de la elección de Elisa Loncon significó una opción por una ética transformadora de la relación de la sociedad con su historia y con su territorio”, finalizó.

El discurso de la presidenta y todo lo vivido en la jornada del domingo aún es un hecho muy cercano para dimensionar sus significados. Son aquellos acontecimientos que requieren perspectiva para analizar en detalle sus raíces, y sus reales proyecciones. Los grandes procesos históricos demandan de tiempo para conectar todas sus dimensiones. Lo claro es que la Convención ya partió, con una larga e importante tarea para los próximos nueve meses en que funcionará.

Victor Hugo Moreno Soza
UChile Constituyente

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