Ejes y desafíos del proceso constituyente: expectativas desde las Ciencias Sociales
27 de mayo de 2021
Participación, infancia, mujeres y comunidades indígenas
Casi 6 millones y medio de personas votaron en las recientes elecciones, proceso donde los independientes irrumpieron con un alto número de candidatos elegidos. Tras los resultados, académicos de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile afirman que son variados los desafíos y temas a considerar en la Convención Constitucional, entre los que figuran el garantizar los derechos sexuales y productivos de las mujeres, reconocer al trabajo no remunerado, propiciar mayor participación de las comunidades e incluir a las infancias.
Octavio Avendaño, del Depto. de Sociología, comenta que los resultados de las votaciones marcan un punto de inflexión en relación a las tendencias electorales que se venían manifestando.
Para hacer un análisis social del proceso constituyente, desde la Psicología Comunitaria Esteban Encina resalta la participación directa, concretamente los cabildos que se desarrollaron en 2019.
Este proceso eleccionario estuvo marcado por una mayor irrupción de candidatas, lo que es producto, según Silvia Lamadrid de los movimientos feministas de los últimos años.
El 15 y 16 de mayo fueron dos días clave para la historia del país. Un total de 6.458.760 electores votaron en las elecciones, y si bien participó un 43,35 por ciento de votación de un padrón de 14.900.190 electores y se esperaba 1 millón más de votantes, las expectativas sobre el futuro rebrotan con más fuerza entre muchos(as) ciudadanos(as).
Octavio Avendaño, académico del Departamento de Sociología de la U. de Chile, comenta que los resultados de las votaciones marcan un punto de inflexión en relación a las tendencias electorales que se venían manifestando y desplegando “desde el año 2013 o quizás desde 2017. Acá se logra producir una situación de desplome electoral en dos grandes conglomerados políticos. Por un lado, la derecha que pierde una votación importante a nivel de gobernación y desde luego que queda con escasa representación en la Convención Constitucional, de hecho no alcanza a llegar al tercio. También se ve afectada de manera bastante significativa la ex Concertación, sobre todo la DC”.
Por contraparte, destaca la emergencia y positivo desempeño de las candidaturas independientes. “Esta situación con los independientes va a permitir que se produzcan encuentros y acuerdos con el resto de la oposición. Recordar también que muchos de los candidatos independientes han tenido figuración o protagonismo político de manera previa”, añade Avendaño.
Ejercicio de participación desde las comunidades
Según Esteban Encina, académico del Departamento de Psicología y de la Escuela de Salud Pública de nuestro plantel, cada vez hay una tensión más nítida sobre lo que se entiende por participación y democracia, “entendiendo que la democracia no se agota en la elección de representantes. Eso, a su vez, está llevando a la crisis de la democracia representativa, por eso muchos abogan por la democracia directa”, argumenta.
Para hacer un análisis social del proceso constituyente, desde la Psicología Comunitaria Esteban resalta la participación directa, concretamente los cabildos que se desarrollaron de forma espontánea y autoconvocada en 2019. “Al respecto, pienso que asistimos a un fenómeno social de gran envergadura y creo que ese es un mejor indicador de participación, más que las elecciones actuales”, que en esta oportunidad bajaron sus cifras de votación.
Muy relevante, de acuerdo al académico, es tener claridad de que la participación no se agota en la representación. Es decir, la elección de constituyentes no garantiza que haya un proceso legítimo necesariamente, por eso se torna primordial una vinculación más estrecha con las comunidades. “En ese sentido, tienen que desplegarse distintas acciones por parte de los constituyentes, de modo que parte de sus discusiones estén en un contraste permanente con la sociedad, de forma de llevarle el pulso y no generar esta desconexión tan marcada que el mundo político ha tenido de la realidad. Creo que ese es uno de los grandes desafíos”.
Piensa que lo que debiese hacer la Convención, es generar mecanismos participativos que permitan instancias deliberativas. “Creo que una buena idea sería, por ejemplo, nuevamente realizar cabildos, esta vez dirigidos por la Convención Constitucional en diferentes momentos y no hacer la consulta ciudadana solamente en el Plebiscito de salida”, sugiere.
Una nueva Constitución que reconozca a las infancias
En materia de infancias, la nueva Constitución ofrece una posibilidad inédita para configurar una nueva relación entre el Estado y la niñez. Según Camilo Morales, coordinador del Núcleo de Estudios Interdisciplinarios sobre Infancias, debe estar basada en el reconocimiento explícito de niñas, niñas y adolescentes como sujetos titulares de derechos en la nueva Carta Fundamental, es decir, visibilizar y reconocer su lugar en la vida social como sujetos con valor propio y no solo en su dependencia a otras instituciones tradicionales como la familia o la escuela que, finalmente, invisibilizan la dimensión particular de la niñez y la adolescencia.
Una forma de dotar de legitimidad el reconocimiento de niñas, niños y adolescentes en la nueva Constitución es “a través de procesos y mecanismos de participación efectivos donde se promueva la expresión y la diversidad de voces de la niñez y la adolescencia sobre aquellas materias que ellas y ellos consideran fundamentales para sus vidas y sus comunidades”, comenta.
El académico comparte la visión de que la sociedad se encuentra en un momento histórico con un potencial transformador. “No habíamos tenido una posibilidad así desde que Chile ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño en 1990. La diferencia sustantiva de ese hito con el momento actual es que en esa oportunidad el proceso de efectivización de derechos fue fuertemente obstaculizado por las condiciones estructurales dadas por la profundización del modelo neoliberal, la privatización de la protección de la infancia y la subsidiariedad extrema del Estado”, reflexiona. Hoy, en cambio, es posible repensar el Estado y su vinculación con la sociedad. Un Estado que cuide y vuelva a dotar de valor público las políticas de protección.
Mayor autonomía y reivindicación del rol de las mujeres
Silvia Lamadrid, académica del Departamento de Sociología, recuerda que las demandas por una nueva Constitución provienen y emergen con anterioridad a las elecciones, incluso antes del 18 de Octubre, con un descontento social que se venía forjando desde principios del milenio e irrumpen en 2019.
Este proceso eleccionario estuvo marcado por una mayor irrupción de candidatas, varias de las cuales obtuvieron puestos importantes como las alcaldías de Ñuñoa, Valdivia, Viña del Mar. Según Lamadrid, esto es resultado de los movimientos feministas de los últimos años, que lentamente han ido construyendo no solo una actoría de las mujeres, “sino además una mirada hacia nosotras mismas muy diferente a la de hace apenas 20 años. Creo que hoy nadie aguantaría el pensamiento de que ‘esto lo hacen mejor los hombres’. Hoy está claro que todas, todos y todes podemos hacer bien las cosas”.
Lo interesante también es que fueron candidatas jóvenes, eso conlleva una inyección potente de energía nueva a la vida política chilena, en el sentido de la política social. “En el caso de algunas alcaldesas, estas podrían desarrollar una conducción municipal participativa, integradora y vinculadas con la gente que habitan las comunas”, comenta.
Ad portas del proceso de discusión y redacción de la nueva carta fundamental, la socióloga espera que sea democrática de verdad, bajo un modelo de articulación política que permita la diversidad y sobre todo la inclusión de sectores que han sido subordinados. También que recoja las particularidades de las diversas etnias, y contemplar todas las demandas que ha levantado el movimiento feminista: garantizar los derechos sexuales y reproductivos con un sistema de salud que esté al alcance de todos(as); que se reconozca el trabajo no remunerado y de cuidado, labor que ha sido relevada y colapsado con la actual pandemia, ya que las mujeres han debido extremar los múltiples roles.
Sumado a eso, “que la diversidad sexual sea validada y desparezcan todas las trabas que puedan facilitar situaciones de discriminación y con ello ir cambiando esta cultura que aún permite esa discriminación”, plantea Lamadrid.
Diálogo con las comunidades indígenas
La Constitución además de paritaria también contará con la participación de pueblos originarios a través de sus 17 escaños reservados, siendo la machi Francisca Linconao¸ la candidata mapuche más votada. Para el académico del Departamento de Antropología y coordinador académico de la Cátedra Indígena, Claudio Millacura, el mayor aporte de los pueblos indígenas a la nueva Constitución debiera ser la capacidad de desarrollar diálogos y acuerdos, pues las demandas no solamente tienen que ver con la especificidad de su condición étnica, sino que también con la capacidad de transformar una sociedad que no ha sido capaz de incluir en la toma de decisiones a las diferencias sociales. “Lo anterior quiere decir que los constituyentes junto a los representantes indígenas también deberían asumir la voz de quienes han sido excluidos, me refiero particularmente a las discapacidades y a los pueblos afrodescendientes”, especifica.
Incorporar a los pueblos indígenas y particularmente le elección de la machi Linconao como su primera mayoría es una muestra de democracia. “Chile recibe una lección de quienes nunca antes en la historia de este territorio y país habían sido tomados en consideración para tal trascendental decisión como la creación de una nueva Constitución”, comenta.
Después de conocidos todos los resultados del reciente proceso eleccionario y sobre qué se espera para el futuro, lo más probable es que se replique un resultado muy similar en las elecciones parlamentarias y presidenciales, según el académico Octavio Avendaño. “Probablemente, vamos a tener un nuevo estilo de gobierno, en sintonía con lo que serán los contenidos de la nueva Constitución. Yo creo que se inicia una etapa con cambios estructurales profundos, los cuales no serán fáciles de acordar porque serán resistidos por de sectores conservadores”, comenta. Para él es importante, en ese sentido, saber asegurar y construir mayorías y asegurar el respaldo de la ciudadanía como ha ocurrido recientemente.
Carolina Escobar, periodista Facultad de Ciencias Sociales.