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El mapa del nuevo proceso que se abre tras el plebiscito constitucional

Los diferentes partidos políticos ya comenzaron a debatir las alternativas para llevar adelante un nuevo proceso constituyente que permita reemplazar a la Constitución que rige al país desde 1981. En UChile Constituyente, te explicamos qué caminos puede seguir este nuevo proceso y cuáles son las primeras ideas sobre la mesa.

1- Los escenarios

El artículo 142 de la Constitución vigente, reformado el año 2019, establece las condiciones sobre el plebiscito que se realizó el pasado 4 de septiembre y las consecuencias de su resultado. Esta norma define muy en concreto que “si la cuestión planteada al electorado en el plebiscito ratificatorio fuere rechazada, continuará vigente la actual Constitución”.

Ese es el estado oficial del momento constitucional, pues no se definió ningún mecanismo que mandate la realización de un nuevo proceso constituyente. Por esta razón, para llevarlo a cabo será necesaria una nueva reforma constitucional al capítulo XV de la actual Carta Magna que lo defina. Esta reforma legal deberá ser votada en el Congreso Nacional, tanto en la Cámara de Diputados como por el Senado, y se requerirá para su aprobación un quorum de 4/7 de ambas cámaras.

El camino que continuará este proceso ya se comenzó a discutir en el Parlamento, desde donde ya han surgido diversas fórmulas, entre las que figuran la creación de una nueva Convención electa, una comisión de expertos y una comisión mixta de diputados y senadores. No obstante, el primer paso es decidir si se llevará a cabo o no un nuevo proceso.

2- Las primeas negociaciones

Bajo este escenario, el Congreso Nacional se convertirá en el protagonista durante los próximos meses. Este miércoles 7 de septiembre se llevó a cabo la primera reunión ampliada, en donde asistieron cerca de 30 personas, entre jefes de partidos políticos (oficialistas y de oposición), jefes de las bancadas parlamentarias y representantes del gobierno, a través del Ministerio Secretaria General de la Presidencia, y con la concurrencia de la ministra Ana Lya Uriarte.

Desde el Gobierno, se manifestó que el Ejecutivo se pondrá a disposición del proceso, mediante la ayuda de los profesionales y expertos que se requieran, pero que no serán protagonistas de los acuerdos a los que deban llegar los y las parlamentarios. En este primer encuentro, desde los diversos sectores concordaron en que es necesaria la elaboración de una nueva Carta Fundamental, respetando los acuerdos adoptados por la gran mayoría de la clase política antes del 4 de septiembre. Sin embargo, respecto al método, recién se comenzaron a delinear algunas ideas, no descartándose, por ahora, ninguna.

El próximo lunes 12 de septiembre se llevará a cabo un segundo encuentro, en donde definirán, además, una metodología de trabajo que permita que en las próximas semanas se puedan adoptar los primeros acuerdos. Esta instancia es clave, pues es donde se está desarrollando el trabajo prelegislativo, con el objetivo de que, una vez adoptados estos grandes acuerdos, el trámite de votación de la reforma constitucional sea más expedito en ambas cámaras, llegando con el quorum de 4/7 ya asegurado.

3- Algunas propuestas sobre la mesa

Desde diferentes sectores ya trabajan en la elaboración de una propuesta metodológica. Por ejemplo, desde sectores de centro izquierda, como Socialismo Democrático, ven con buenos ojos convocar a una nueva Convención Constitucional mediante elecciones obligatorias. Estas se efectuarían en el mes de noviembre de este año para que entre en ejecución en enero de 2023. Una vez instalada la nueva Convención, esta tendría un plazo de seis meses para presentar al país una nueva propuesta de texto constitucional. Por otra parte, en diversos sectores oficialistas existe la idea de que un plazo máximo para contar con una nueva Constitución debiese ser el 11 de septiembre de 2023, fecha simbólica en la que se cumplen 50 años del Golpe de Estado.

Desde la derecha, en tanto, plantean la necesidad de crear un comité técnico-político que vaya definiendo los ejes centrales que debiese tener el nuevo proceso constituyente en su forma, que defina plazos, reglamentos, métodos de trabajo, entre otros elementos. En esa línea, la idea de que un grupo de expertos acompañe de forma más permanente y vinculante durante el proceso también está sobre la mesa.

Junto con ello, también se ha comenzado a debatir el sistema electoral que debiese operar, en el caso de que se realice una elección de nuevos convencionales, y cómo estarían presentes elementos como la paridad, los pueblos originarios, y los independientes. Este tema aún no se ha tratado en profundidad, pero ya se observan algunas distancias entre las posturas. 

4- Hoja en blanco

Más allá de la metodología, ya se ha comenzado a debatir en torno a cuál será el punto de partida a la hora de establecer los contenidos para la eventual nueva propuesta constitucional. El proceso que acaba de culminar con el rechazo de la ciudadanía partió desde una llamada “hoja en blanco”, es decir, sin tomar en consideración de forma previa ninguna idea, concepto o norma, tanto de la Constitución vigente, como de procesos anteriores. Ese escenario, para el inicio del nuevo proceso, se ve muy poco probable.

Desde distintos sectores, como también desde la academia, se considera necesario recoger contenidos anteriores, por ejemplo, retomar ideas y conceptos de la propuesta constitucional presentada al país por la Presidente Michelle Bachelet en 2018. Desde el mundo constitucional, también surge la idea de retomar elementos presentes dentro de la tradición constitucionalista chilena, lo que implicaría revisar la Constitución del 25, y anteriores, como la de 1833 y 1828. Ahora bien, en ese escenario aún incierto tampoco se puede descartar de plano que el proceso desemboque en una reforma constitucional hecha en base a la actual Carta Fundamental.

5- Los contenidos

Poco se ha hablado esta semana respecto a los contenidos que debiesen estar presentes en una eventual nueva propuesta constitucional. Nadie aún quiere entrar de lleno a ese terreno sin definir con claridad cuál será el proceso. Sin embargo, ya hay algunos indicios sobre algunas prioridades. Por ejemplo, desde el Socialismo Democrático y el Frente Amplio han establecido que los derechos sociales son un elemento que debe ser prioritario, como también los temas de género, medioambientales y de pueblos originarios.

Así también, Chile Vamos tiene una lista de 10 contenidos constitucionales que presentaron durante el mes de julio y que establecen elementos como la mantención del Estado Social de Derechos, fortaleciendo el derecho a la vivienda, pensiones, seguridad social; la mantención del Senado tal como se conoce hasta hoy; descentralización y desarrollo de las regiones; reconocimiento constitucional a los pueblos indígenas en el marco de un Estado unitario y multicultural; entre otros elementos.

Estos contenidos constitucionales prontamente volverán a adquirir relevancia, una vez que se haya despejado la forma en que se llevará a cabo este nuevo proceso.

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